El banco del Agua:

Uno de los principales problemas del fracaso de las estrategias de desarrollo regional es la inexistencia de instrumentos de financiación de aquellas actividades productivas que suponen una cierta ruptura con tecnologías y procesos maduros.
Las estrategias de desarrollo regional que apuestan por incentivar el cambio de modelo productivo deben superar el cuello de botella que supone que la apuesta por lo nuevo tenga un alto riesgo en las acciones individuales de los agentes económicos (trabajadores, empresas y/o administraciones públicas) a corto plazo, aunque a largo plazo ofrezca más oportunidades para el conjunto de los agentes económicos de una región.

La existencia de solventes y profesionales instrumentos públicos de financiación de la innovación permite superar este cuello de botella, y permite acelerar el cambio de modelo productivo de un territorio hacía una mayor eficiencia energética, hacía actividades empresariales que utilizan más intensivamente el conocimiento y que crean empleo de mayor calidad.

En los Países Bajos, en Suecia, en Dinamarca, en Finlandia, en Noruega existen desde hace décadas, en algún caso más de un siglo, sólidas entidades financieras públicas que financian proyectos públicos y privados de desarrollo de infraestructura, energía, telecomunicaciones y mejora ambiental, como es el caso del Banco Nórdico de Inversiones.

Es particularmente interesante el caso, por similitud con el Canal de Isabel II, de las Juntas del Agua de los Países Bajos (Waterschappen). Estas Juntas del Agua son antiguos órganos de gobierno regionales, algunos creados en el s.XIII, encargados de la gestión de los diques y canales, de impedir las inundaciones, de la calidad del agua y del tratamiento de las aguas residuales. Los elevados y constantes ingresos que generaba esta actividad para las administraciones públicas encargadas de su gestión hicieron que se constituyera un banco público. Hoy el NWB Nederlanse Waterschapsbank es propiedad, en un 81%, de dichas Juntas del Agua y el resto está en manos del Estado holandés y las provincias. Es el sexto banco más solvente del mundo, lo que facilita su acceso a la financiación internacional. En la actualidad hemos comenzado una colaboración con esta entidad para el diseño del futuro Banco del Agua.


Jueves, 30 de abril de 2015