Mañana iba a tener lugar una votación clave en el Parlamento Europeo para el futuro del acuerdo de libre comercio entre la UE y Estados Unidos. Unas horas antes de que el Parlamento haya pospuesto la votación hemos hablado con Lola Sánchez, de Podemos, sobre este informe y las consecuencias del TTIP.

A las 17:45 de la tarde del martes 9 de junio, el Parlamento Europeo ha aprobado postergar la votación sobre el informe del TTIP que iba a tener lugar el 10 de junio. La explicación que ha dado el presidente del hemiciclo Martin Schulz, han sido las divisiones entre las dos fuerzas mayoritarias en el Parlamento: los socialistas y los populares europeos. Fuentes de Bruselas han afirmado a Diagonal la paralización de la votación se habría producido por temor a que ganase el ‘no’. Según señalan, además de Los Verdes y La Izquierda Europea, parte de los miembros del grupo socialista estaba planteándose votar en contra del tratado.

Lo que se discutía era un informe de cien páginas sobre el TTIP que debe marcar la hoja de ruta de la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström en la negociación del Tratado con Estados Unidos. Unas horas antes de que el Parlamento postergara la votación, Lola Sánchez, eurodiputada de Podemos y del grupo de la izquierda europea GUE/NGL atiende la llamada de Diagonal para explicar qué se iba a discutir en Estrasburgo y qué consencuencias tendría el Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión en las sociedades europeas.

¿Qué es lo que se va a discutir mañana en el Parlamento?
Mañana votamos un informe del Parlamento Europeo que expresará nuestra postura sobre el TTIP. No sabemos lo que va a pasar, está todo en el aire. Esto demuestra la poca confluencia que hay respecto al TTIP y lo enfrentadas que están las posturas. Pueden pasar varias cosas, y puede darse el caso de que no saliese el informe aprobado por razones que son distintas en cada grupo parlamentario. Por razones sumamente enfrentadas.

¿Cuáles son las razones por las que creéis que no debe salir adelante?
Una de las partes que más controversia presenta el TTIP es la cláusula ISDS, que es la cláusula para resolver problemas entre corporaciones y Estados. De manera que cuando una corporación financiera considere que una ley nacional, autonómica o local le impide obtener los beneficios que esperaban podrá demandar a ese Estado y entonces se creará una corte privada formada por tres árbitros que van a decidir si el Estado tiene que indemnizar con dinero público a esa empresa privada. Este tema es muy controvertido y es aquí donde está la madre del cordero del TTIP.

El 24 de mayo los socialistas sorprendieron a la opinión pública cuando aceptaron la cláusula que reintroduce el ISDS en el informe del Parlamento. ¿Habéis hablado con ellos de cara a mañana? ¿Os han aclarado su postura y si la van a mantener en la votación de mañana?
A partir de aquella votación se desató una batalla dialéctica. Intentaron explicar por qué ese cambio repentino de postura cuando el ISDS lo habían marcado como línea roja que nunca iban a sobrepasar y que nunca iban a aprobar. Nos llevamos todos una sorpresa. Resulta que ahora ellos mismos han puesto enmiendas que rechazan de pleno la inclusión del ISDS dentro del TTIP. Estas enmiendas se van a votar mañana. Es de esperar que el grupo socialista vuelva a cambiar su opinión en un giro de 180 grados y excluyan el ISDS del TTIP. Si esto sucede, si finalmente no hay ISDS, el grupo popular dice que votaría en contra del informe en su totalidad. De manera que si se llega este caso, el grupo popular votaría en contra, la izquierda europea votaría en contra, los verdes y otros partidos votarían en contra, así que podemos llegar a la situación de que el informe no siguiera adelante.

Entonces en el Parlamento Europeo quedaría claro que no hay una opinión común.No es un mal escenario porque representa la realidad, y es que el TTIP es tan controvertido que no nos podemos poner de acuerdo, porque las posturas son totalmente opuestas.

¿Qué otras vías hay para parar el TTIP?
Hay muchas maneras de pararlo. La votación de mañana es clave para demostrar lo controvertido del tratado. Es un mensaje que lanzamos no sólo a la Comisión Europea, sino a la sociedad civil. La movilización de la sociedad civil es tremendamente importante. Además ya ha dado resultados: la movilización social ha ralentizado mucho las negociaciones, por ejemplo, durante muchos meses el ISDS ha estado excluido de la mesa de negociaciones porque la comisión recibió una respuesta rotunda con aquella consulta pública en la que un 97% de los consultados se opuso rotundamente al ISDS. Vemos que está funcionando: tiene que seguir y aumentar la movilización y el conocimiento por parte de la gente. Es muy importante también que los medios de comunicación estén ahora hablando de esto para que la gente sepa lo que se está tramando.

¿Son partidos como Syriza la esperanza para detenerlo si la Comisión no cede en el empeño de sacarlo adelante?
Sí, también tenemos el Consejo Europeo. Es muy importante la posición que vaya a tomar tanto el gobierno de Syriza como el Gobierno de España –que esperemos que cambie de color– y de otros Estados europeos que van a tener elecciones generales a finales de este año y principios del que viene.

Hay muchos pequeños pasos en los que vamos a poder ir frenándolo. Esperamos que al final se bajen del burro porque éste es un tratado que muy poca gente quiere. Lo que pasa es que la gente que lo quiere es muy poderosa, son las grandes compañías, los fondos de inversión, los bancos, etc. Pero son sólo ellos, la ciudadanía no quiere, muchísimos partidos no quieren y estoy convencida de que muchos partidos que defienden el TTIP, si de verdad preguntarán a sus votantes, verían que sus votantes lo rechazan.

Decía Susan George que de aprobarse el tratado, cualquier Gobierno de cambio se vería muy limitado. ¿Cómo está trasladando las limitaciones a la soberanía que trae el TTIP a compañeros tuyos que están entrando en gobiernos locales o autonómicos?

No sólo a la gente dentro de Podemos, que está más concienciada, sino a alguien que no esté muy concienciada políticamente o que no está dentro de un partido o de un movimiento social y que ve en los medios de comunicación de masas o sólo la TV. Ésta es la gente que no tiene información. Lo que hay que explicar es que no sólo va a influir en los Gobiernos nacionales, es que va a afectar hasta el más pequeño Ayuntamiento de la zona más perdida de España o de Portugal o de donde sea. Esto va a afectar a todos los niveles de Gobierno, nos va a atar las manos en cuanto a soberanía legislativa. Va a cambiar la forma en que legislamos en la que desarrollamos leyes para protegernos o para desarrollar derechos y libertades.

Es necesario pararlo antes de que siga avanzando y por supuesto no permitir que esto se apruebe nunca porque esto es un golpe de Estado. Es la Constitución de las multinacionales.

Hay que explicar también que lo que están haciendo es un proceso deconstituyente. Ni la Comisión Europea ni siquiera el Parlamento Europeo –elegido democráticamente– tenemos ahora mismo ningún mandato que nos hayan dado los ciudadanos que nos permita deconstruir todo el armamento legal y el aparato jurídico y legislativo que tenemos. Por eso exigimos que se haga un referéndum en todos los Estados.

¿Este referéndum está encima de la mesa?
No, ésta es una línea roja de la gran coalición europea: del grupo socialista, el grupo popular y los liberales, es una línea por la que no pasan. Bastante es que el grupo socialista ha introducido una enmienda que se va a votar mañana para que el tratado sea mixto, esto quiere decir que tendrá que ser aprobado por cada uno de los Estados miembros. Cosa que hasta ahora estaba en duda, algo que es bastante indignante.

¿En ese caso sería decisión de cada Gobierno convocar un referéndum?
Sí, pero si se reconociera que éste es un proceso deconstituyente no tendrían más remedio que someterlo a referéndum como la fallida Constitución Europea, que tuvo que ser votada por referéndum obligatoriamente porque sí se reconocía que era una Constitución. Esto no lo reconocen como una Constitución, pero a todos los efectos lo es.

¿Cómo afectan otros tratados como el TISA? ¿Qué tipo de relaciones globales configura este impulso de los tratados que está llevando a cabo la UE?
Lo que vemos es que es un ataque de las políticas neoliberales que vienen por muchos frentes. No es sólo el TTIP, está el CETA, un acuerdo muy parecido con Canadá que está todavía sin aprobar aunque está ya redactado. Está el TISA, que conocemos desde hace mucho tiempo, pero es un tratado que va mucho más lento, porque son 50 países los que están negociando en una misma mesa, y esas negociaciones van a llevar mucho más tiempo.

Lo que vemos que es la misma política es una estrategia de acabar con los foros multilaterales. Lo que quieren es imponer, antes de que lleguen otros o antes de sentarse en una mesa con todos los países del mundo, un modelo económico y de comercio que afecta a todos los aspectos de nuestra vida diaria. Es una imposición de forma unilateral de un modelo al resto del mundo que no se ha debatido a nivel mundial… habiendo foros para ello.

Iniciativa Debate, PABLO ELORDUY

Martes, 9 de junio de 2015

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