El pueblo chileno ha celebrado este domingo unas elecciones presidenciales cruciales para el país y para toda América Latina. A dos años del estallido social que dio origen al proceso constituyente que está hoy en curso, y tras una primera vuelta que dejó fuera a los partidos tradicionales de la derecha y la Concertación, este hito electoral se ha dado en un contexto de elevada polarización. Por un lado, el candidato ultraderechista José Antonio Kast, que ha respaldado abiertamente la dictadura pinochetista y se ha mostrado contrario al proceso constituyente, ha realizado una campaña marcada por el discurso del miedo, el odio y la difamación. Por otro lado, el candidato de izquierda Gabriel Boric, heredero de las luchas sociales y con un papel protagónico en el proceso constituyente, ha mantenido un discurso de esperanza y de defensa de la justicia social y los derechos para todo el pueblo chileno, con un verdadero proyecto de futuro para el país. En los últimos días, estas elecciones se convirtieron en una cuestión de supervivencia de la democracia en Chile, con una gran movilización de apoyos de la sociedad civil y de la comunidad internacional.

Con un 55% de participación, el candidato de izquierda, Gabriel Boric, se ha impuesto con un 55,86% de los votos sobre el ultraderechista José Antonio Kast, que ha obtenido un 44,14%. Estos datos lo convierten en el presidente más votado de la historia de Chile. A pesar de las noticias de boicot al sistema de transporte público por parte del gobierno de Sebastián Piñera, la organización y​ la unidad popular demuestran que solo el pueblo salva al pueblo. El discurso de la esperanza, la consolidación de los avances sociales, el feminismo y el ambientalismo ha vencido al miedo, la profundización neoliberal y el retroceso a los tiempos de la dictadura pinochetista. Con ello, Chile abre una nueva etapa política que es histórica para el país y para el mundo, que promete enterrar de una vez por todas el legado de Pinochet, y que pone freno al avance de la internacional reaccionaria en toda la región.

Quedan apenas seis meses para la presentación del nuevo texto constitucional que será votado posteriormente en un referéndum. Una nueva Constitución que aspira y apunta al reconocimiento de los derechos de todos y todas las chilenas y a ser la voz de los y las históricamente excluidas. La voluntad popular reflejada en las urnas supone un apoyo indispensable a este proceso, que el futuro presidente está llamado a cuidar y proteger. Además, deberá conducir la recuperación económica tras el impacto de la pandemia y la crisis social e institucional que se arrastra desde el estallido de 2019.

Desde Podemos celebramos profundamente el triunfo de Gabriel Boric y de los y las compañeras de Apruebo Dignidad, y felicitamos al pueblo chileno por esta lección de democracia que ha entregado al mundo, demostrando que la historia realmente es nuestra y la hacen los pueblos. Esto no es sino un motivo de esperanza para todas las fuerzas progresistas y populares de toda América Latina y del ​mundo. ¡Enhorabuena, Chile!


Lunes, 20 de diciembre de 2021