Este domingo se celebran elecciones legislativas en Guinea Ecuatorial en las que se renovarán la Cámara de Diputados y el Senado del país africano. Como en otras ocasiones, estas elecciones se han organizado en medio de denuncias de los partidos de la oposición por la parcialidad de las instituciones electorales (buen ejemplo de ello es que el Ministro de Interior, Clemente Engonga es al mismo tiempo el Presidente de la Junta Electoral Central) y por las trabas que el régimen de Teodoro Obiang pone a las organizaciones políticas que no le son afines para desarrollar libremente la campaña electoral.

Estas trabas se han concretado en hechos como el asalto y detención de varios periodistas durante la presentación de la campaña de Juntos Podemos, una coalición del CPDS y la UCD, dos partidos históricos de la oposición guineana. También, Ciudadanos por la Innovación, un partido opositor más reciente que también se presenta a estas elecciones ha denunciado ataques de la policía en actos de campaña.

A estos hechos se suma la detención del dibujante y activista Ramón Esono, que encarcelado sin una acusación clara desde el 16 de septiembre. Durante todo este tiempo, la familia de Ramón y diferentes organizaciones internacionales han intentado conseguir su liberación, aunque de manera infructuosa.

El debate sobre la situación de derechos humanos en Guinea Ecuatorial y las elecciones del domingo se trasladó a nuestro país el día 25 de octubre, cuando la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso debatió una Proposición no de Ley sobre este asunto. En ese debate se plasmó una posición de consenso del resto de grupos políticos, centrada en la crítica leve a las condiciones en que se desarrollan las elecciones y en el apoyo institucional para la democratización de Guinea Ecuatorial. Desde nuestro Grupo Parlamentario planteamos una posición más dura, señalando que el Gobierno no podía reconocer el resultado sin una certificación independiente de que se están cumpliendo las garantías de participación, legalidad y transparencia necesarias.

Más allá de la coyuntura electoral, desde Podemos creemos que nuestro país debe virar su enfoque hacia el régimen de Teodoro Obiang, orientándolo verdaderamente hacia a la promoción de los derechos humanos y la democracia. Guinea Ecuatorial es el país número 52 en el ranking de la renta per cápita (estimada casi 20.000 euros al año por el FMI en 2011) y, sin embargo, es el número 135 en términos de desarrollo humano en todo el mundo. Los datos son realmente desoladores: según Human Rights Watch cerca de la mitad de la población carece de acceso al agua potable; cuatro de cada diez personas en edad escolar no está en la escuela primaria y sólo una de cada tres niño o niña está vacunado contra la tuberculosis. Como siempre, esta desigualdad afecta de manera más acusada a las mujeres. Un solo ejemplo: el tiempo de escolarización de las niñas es 3 años menor que los niños según datos del Banco Mundial.

Mientras esto ocurre, la élite gobernante de Guinea Ecuatorial se encuentra entre la más ricas y más corruptas del mundo. El hijo de Teodoro Obiang, “Teodorín”, ha sido recientemente condenado en Francia por blanquear más de 110 millones de euros en su etapa como ministro que dedicó a gastos de lujo. Su padre, por su parte, es el líder mundial que más tiempo lleva en el poder y ya ha anunciado que optará a su reelección para 2022. Su poder y recursos provienen los ingresos del petróleo que generan un modelo de desarrollo extractivista en el que están implicados muchos actores internacionales.

A pesar de este contexto, la política exterior de nuestro país hacia Guinea Ecuatorial se ha centrado en la promoción de los intereses económicos de las empresas españolas. La democracia, para ser real, necesita justicia social. Por eso, además de los procedimientos formales en las distintas contiendas electorales, nuestro país debe trabajar conjuntamente con la población guineana por la transformación radical de este modelo de desarrollo. Eso se consigue a través de la cooperación internacional orientada a los derechos humanos, la equidad de género y el desarrollo sostenible; fortaleciendo a la sociedad civil guineana y al movimiento feminista y construyendo un orden internacional más justo. En ese lugar nos encontrarán siempre a Podemos y en ese lugar se encontrará la vía para que haya una verdadera democracia en Guinea Ecuatorial.


Viernes, 10 de noviembre de 2017