En los últimos días, dos países que se cuentan entre los principales aliados de España han sido protagonistas de situaciones que nos impiden mirar hacia otro lado. Por una parte hemos conocido la situación en que se encuentran en los EEUU cerca de 2.300 niños y niñas -incluyendo 100 menores de 4 años de edad-, encerrados en jaulas metálicas, separados por la fuerza de sus madres y padres, con el objetivo de aterrorizarlos y disuadir a las personas migrantes que llegan a sus fronteras. Esta decisión del Gobierno de Donald Trump, aplaudida por el reconocido supremacista Steve Bannon, ha provocado la sanción del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Zeid Ra’ad al-Hussein, que la ha calificado como un abuso inaceptable y cruel, y ha generado un escándalo internacional y las críticas de opositores, integrantes del mismo partido republicano y diversas confesiones religiosas en EE.UU.

Al mismo tiempo, el Ministro de Interior de Italia, Matteo Salvini, declaró su intención de realizar un censo de personas romaníes en Italia para expulsar a quienes hubieran entrado de manera irregular, al tiempo que lamentaba “tener que quedarse con las que sean italianas”. Salvini, que emula al fascismo italiano hasta en su gestualidad, traspasa con toda impunidad todas las líneas rojas de la xenofobia y el odio, apenas días después de negarse a acoger a las personas rescatadas en el Mediterráneo por el Aquarius. Su objetivo declarado no es sólo construir un régimen racista de exclusión sistemática en Italia, sino alimentar la creación de un polo europeo ultranacionalista y extremista. Enfrente, la Comisión Europea evita hacer cualquier crítica, hundiendo un poco más al establishment de Bruselas en la degeneración política y moral y sumiendo a las personas demócratas europeas en la preocupación y la vergüenza.

Desde Podemos consideramos que estas dos situaciones traspasan todas las líneas rojas del derecho internacional, violentan los principios humanitarios más básicos que deben regir las relaciones internacionales, y merecen una respuesta contundente por parte de las naciones democráticas y comprometidas con los derechos humanos y con la dignidad de sus ciudadanas y ciudadanos. En consecuencia, hemos enviado sendas cartas a las Embajadas en nuestro país de EEUU e Italia, y en este caso también una pregunta escrita a la Comisión Europea, para expresar nuestra más rotunda condena de estos hechos y exigir la revocación de cualquier medida que violente los principios del derecho internacional humanitario y de la declaración universal de los derechos humanos.

De igual manera, queremos instar al Gobierno a que reaccione de manera contundente e inmediata, convocando urgentemente a ambos Embajadores para mostrar su rechazo formal ante estos hechos. Pedimos que se aproveche la visita oficial a los Estados Unidos que se está produciendo en estos momentos, con la participación del nuevo Ministro de Exteriores y de los Reyes, para condenar públicamente las inaceptables políticas racistas de Trump. Instamos al Gobierno a que reaccione de manera contundente a la deriva racista del Gobierno italiano tanto en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas como en el Consejo Europeo de la próxima semana, y propondremos por los cauces pertinentes que el señor Salvini sea declarado persona non grata por nuestro país en razón de sus declaraciones xenófobas que flirtean abiertamente con el fascismo.

Frente a la barbarie que anuncian estas políticas racistas, el pueblo español ha dado sobradas muestras de su solidaridad y de la firmeza de sus convicciones democráticas. Corresponde al Gobierno, que ha demostrado en sus primeros días coraje y firmeza en la defensa de esos valores, seguir estando a la altura de los mismos.

 


Martes, 19 de junio de 2018